¿Mañana?… Ni idea
¿Volverán los chicos a la escuela este año?
¿Mejorará nuestro país y será más justo?
¿Trabajaré en mi oficina?
¿Podremos tener vacaciones y descansar?
¿Aprenderemos algo de esta pandemia?
¿Tendremos los fondos para seguir con nuestro negocio?
¿Saldrá la vacuna? ¿Cuándo?
¿Será fácil para nuestros hijos volver a la rutina?
¿Bajará el número de contagios en las próximas semanas?
¿Nos podremos abrazar durante las fiestas?
Las preguntas sobre el futuro nos inundan. Y ninguna de ellas tiene hoy una respuesta clara.
Lo evidente es lo incierto. Buscamos darle respuesta al devenir, pero internamente sabemos que no podemos sostener ideas muy nítidas sobre cómo viviremos en el corto plazo.
El futuro se nos presenta inasible. Hoy, el mundo que tenemos por delante es inabarcable por nuestros pensamientos.
Pero a la vez, podemos tener algunas certezas.
La seguridad de ser nosotros mismos, de tener nuestros recursos y una red de contención.
En algunos los recursos se llamarán constancia, flexibilidad, creatividad, capacidad de esfuerzo, inteligencia, honestidad, vitalidad o deseos de tener una buena vida. En otros, la risa o la valentía para afrontar el dolor.
¿Y la red?, esos vínculos de apego que nos sostienen. En algunos de nosotros serán las parejas, los padres, los amigos, los socios, los hermanos, los hijos, los vecinos, los compañeros de trabajo o referentes que tengamos en el camino. Solo es cuestión de que nos dejemos ayudar y de que estemos disponibles para acompañar a otros.
Son las redes de apego las que nos motivan al darnos respaldo emocional.
El día a día irá abriéndose camino si le damos a los deseos y al entusiasmo el poder para que nos conduzcan. Que la angustia y la esperanza convivan como dos grandes amigos, se conocen bien y se saben imprescindibles para vivir.
Podemos tener un buen futuro, un mañana con sentido y crecimiento, ¿llegará pronto?, ni idea, hoy solo tenemos la enorme riqueza de poder habitar el presente que nos llevará hacia adelante. La vida va hacia allá.
Buscar el amor y darlo, esa fuerza humana que sobrevive a los contextos difíciles.
¡Saludos para todos!
Matías Muñoz